29/10/10

ÚSELO Y TÍRELO. El mundo visto desde una ecología latinoamericana. Eduardo Galeano


"Presos de la necesidad o del miedo"
La ciudad como cárcel
(Fragmentos)
La sociedad de consumo, que consume gente, obliga a la gente a consumir, mientras la televisión imparte cursos de violencia a letrados y analfabetos. Los que nada tienen pueden vivir muy lejos de los que tienen todo, pero cada día los espían por la pantalla chica. La televisión exhibe el obsceno derroche de la fiesta del consumo y a la vez enseña el arte de abrirse paso a los tiros.
La realidad imita a la tele, la violencia callejera es la continuación de la televisión por otros medios. Los niños de la calle practican la iniciativa privada del delito, que es el único campo donde pueden desarrollarla. Sus derechos humanos se reducen a robar y a morir.
La vida acaba temprano, consumida por el pegamento y otras drogas buenas para engañar el hambre, el frío y la soledad o acaba la vida cuando alguna bala la corta en seco.
Caminar por la calles de las grandes ciudades latinoamericanas se esta convirtienido en una actividad de alto riesgo. Quedarse en casa también. La ciudad como cárcel: quien no esta preso de la necesidad, está preso del miedo. Quien tiene algo por poco que sea, vive bajo ésta amenaza, condenado al pánico del próximo asalto. Quien tiene mucho, vive encerrado en las fortalezas de la seguridad.
El Estado que ya no es paternalista sino policial, no practica la caridad.
En la época de la economía de mercado, las crías humanas sobrantes se eliminan por hambre o tiro. Los niños de la calle, hijos de la mano de obra marginal, no son ni pueden ser utiles a la sociedad. La educación pertenece a quienes pueden pagarla; la represión se ejerce contra quienes no pueden comprarla.
La injusticia social y el desprecio por la vida crecen con el crecimiento de la economía.
En paises donde no hay pena de muerte, se aplica cotidianamente la pena de muerte en defensa del derecho de propiedad.
En la civilizacion del capitalismo salvaje, el derecho a la propiedad es mas importante que el derecho a la vida. La gente vale menos que las cosas. Resulta revelador el caso de las leyes de impunidad, las que absolvieron al terrorismo de Estado ejercido por las dictaduras militares perdonaron el crimen y la tortura (Chile, Uruguay y Argentina), pero no perdonaron los delitos contra la propiedad.

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